


Pintura de caballete
Instalación, 30 x 32 x 20 cm (conjunto)
2023
Pintura: Óleo sobre lienzo, 17 x 18 cm
Caballete: Pinotea, 32 x 30 x 20 cm
Crecí entre herramientas y materiales de construcción. Mi papá trabajó toda su vida en el rubro, por eso tengo un vínculo afectivo con estos objetos, son parte fundamental de mi acervo íntimo de imágenes y en el trasfondo de mi obra alegorizan la construcción de la imagen.
Desde 2012 dibujé y pinté regularmente caballetes de construcción: a veces ubicándolos como objeto determinante dentro de una escena; a veces como analogía del caballo, pero siempre coqueteando con la idea de pintar un caballete para literalmente hacer una pintura de caballete.
La referencia, la autorreferencia y el “doble” son tópicos habituales en mi trabajo. Desde que comencé a leer historia del arte y textos sobre arte me llamó la atención la categorización “pintura de caballete” porque alude a un tipo específico de objeto pictórico: una obra pintada sobre un soporte que a su vez tiene un soporte; alude al lugar de nacimiento del cuadro, al pasado de una pintura, pero no a su presente.
En la serie “Antimeridiano” trabajé sobre el tiempo sincrónico de la pintura mediante la representación de bucles; en este caso, juntar los objetos pintura y caballete permite redundar en la denominación “pintura de caballete”. Mantener el cuadro sobre el caballete tiene que ver con regresar al objeto “pintura de caballete”, ubicarlo en su esencia sincrónica, con el propósito de aunar el sentido figurado del objeto con el sentido literal del término.
En la línea “orbaneja-magritte-kosuthiana”, esta obra es un intento de respuesta (o repregunta) sobre la identidad de un objeto. ¿Dónde, cuándo y de qué modo un objeto se define como tal? Ortega y Gasset establecía un contraste entre el arte del siglo XX y el arte anterior a las vanguardias pictóricas. Ese arte anterior está representado por Orbaneja y su “Este es gallo”, en donde el artista señalaba lo que quería representar, esté o no ajustado a la mímesis, mientras que el arte nuevo del siglo XX traza un señalamiento opuesto. En el caso Magritte: “Esto no es una pipa”; en Kosuth: “Una y tres sillas”. Al igual que este último - aunque con la pintura como protagonista - Pintura de caballete crea un circuito constante donde objeto, representación y título se señalan entre sí. Es ahí, en los lugares de paradoja entre la palabra y la representación visual donde quiero ubicar esta instalación.
Construí el primer caballete de este proyecto una tarde de mayo de 2023 junto a Luis, mi papá, en Empedrado, mi pueblo. A pesar de su apariencia simple, esta obra supone la síntesis de temas en los que trabajé y trabajo desde hace casi quince años: la escena de objeto, la relación afectiva con los objetos, la alegoría, la referencia a la historia del arte, la autorreferencia, lo doble y la naturaleza sincrónica de la pintura.